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sábado, 13 de diciembre de 2014

Recorriendo Bélgica con el paladar

Hacía algunas semanas que tenía ganas de volver a escribir un post, y he esperado a tener el tema perfecto, Bélgica... 

Llegada estos últimos días de este país, nuevo para mí, donde, además de pasear y visitar los lugares más importantes, he tenido el placer de recorrer gastronómicamente la historia de la región flamenca.

Comenzando el paseo en Bruselas, capital del país y de la Unión Europea, es imprescindible la parada en la Grand Place o Grote Markt, inscrita en 1998 en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, compuesta por el ayuntamiento -Hôtel de Ville- y diferentes edificios que, pertenecieron a gremios de artesanos y mercaderes, entre ellos chocolateros y cerveceros, productos típicamente belgas. 

       
Grand Place o Grote Markt 

Continúa la visita por las calles aledañas hasta el Manneken Pis, símbolo característico de la ciudad que representa una fuente con motivo de un niño orinando. La historia sobre esta peculiar fuente, que más cuentan a los turistas, es lla de un rico comerciante que visitaba la ciudad en familia y perdió a su hijo pequeño. Cuando el niño fue encontrado, estaba riendo y orinando en un pequeño jardín, por lo que el padre decidió ayudar a la construcción de una fuente en aquel lugar como recuerdo del incidente. Actualmente reúne a la mayoría de los turistas para hacerse una foto con este icono bruselense. 

        
Manneken Pis

En materia gastronómica, la primera parada será en uno de los locales más emblemáticos del centro histórico de la ciudad, Maison Dandoy

Cuentan allí mismo, que Jean-Baptiste Dandoy, un joven artesano y panadero ciego, natural de Uccle, fundó en 1829 esta galletería que todavía lleva su nombre. Generación tras generación, la familia Dandoy ha heredado la tradición galletera, dedicándose aún a la elaboración de los mejores speculoos -galleta con canela, gengibre y otras especies, que toma su nombre de la palabra latina que significa "espejo", que, se cree, refleja a San Nicolás-. 


     
Maison Dandoy Tea Room, Karel Bulsstraat, 14

      
Speculoos 

Además de probar y llevarme una buena muestra de las famosas galletas, no pude resistirme a la tentación de probar otro de los pilares gastronómicos belgas, los waffles o más conocidos para nosotros, gofres. Siendo especialmente típico tomarlo sólo con azúcar glas o chocolate negro, se diferencian completamente de los que podemos encontrar en cualquier lugar alejado de Flandes. Textura fina y crujiente, tanto que se deshace al partirlo, resultan un imprescindible en el conocimiento de la gastronomía de este, frío, pero muy acogedor país. 

                                   
Waffle con chocolate en Maison Dandoy

Una vez visto algunos lugares más de relevancia en Bruselas, lo mejor es partir no muy tarde hacia Gante. A tan sólo 30 escasos minutos en tren, aparece la que, actualmente, se ha convertido en mi ciudad favorita de Bélgica. 

Con un centro histórico rico y diverso, Gante resulta también una ciudad atractiva por su actividad estudiantil. Cuenta con numerosas facultades, donde se concentra un gran número de estudiantes Erasmus que se integran perfectamente en el ambiente.

Lugares como la Iglesia de San Nicolás, la de San Miguel, la Catedral, el Castillo de Garvenstein o el Grote Markt atraen a numerosos turistas a dar un paseo por la zona repleta de canales, e incluso coger una embarcación para tener otra perspectiva de la ciudad, siempre y cuando no haga tanto frío... 

       
Centro de Gante

Dentro de los platos típicos flamencos, Gante tiene muy buena oferta gastronómica a un precio muy aceptable. Las croquetas de queso, los mejillones, las patatas fritas belgas (también conocidas como frits, fritas 2 veces para conseguir una textura más crujiente, acompañadas de infinitas salsas), la cerveza y el chocolate... -¡Ay, el chocolate!-, constituyen, probablemente, la parte más interesante para degustar al calor de cualquier bar conociendo nuevos sitios y nueva gente. 

       
Croquetas de queso

       Brugge Zot, Mejillones y capaccio 

       
Frits 

       
Cerveza Kriek Max, hecha con cereza 

                       
La irresistible tentación del chocolate belga...

Y para culminar, la guinda de pastel, Brujas, la Venecia del norte.

Con un increíble sol y una temperatura más llevadera, la pequeña ciudad de cuento se presentó radiante. Aprovechando el día tan agradable para pasear, fue imposible pasar por alto el mercadillo navideño situado en la plaza principal, Grote Markt.  

        
Grote Markt

Y recorrer los canales que bañan la ciudad con numerosas barcas llenas de turistas (ciudad intensamente turística), adornadas con luces y colgaduras de Navidad. 

         
Canales de Brujas

         
Canales de Brujas

El paseo por Brujas puede llegar a ser interminable debido a la cantidad de tiendas de souvenirs, encajes, chocolaterías, y cómo no, de cerveza. Un rincón muy curioso el de la Casa de Españauna mansión gótica del S.XV en la que vivió Pérez de Malvenda, un noble español que consiguió ser alcalde de Brujas, y que vivió aquí hasta finales del s.XVI, donde actualmente se encuentra un muro dedicado a la cerveza belga, decorado con una todas las cervezas que se elaboran en el país, que,  curiosamente van servidas en copas especialmente diseñadas para cada una. 

                                        

Aunque si hay unos sitios que me han cautivado de Brujas, estos han sido los siguientes.

The Chocolate Line, chocolatería situada en la plaza Simon Stevinplein, cuenta con la fama mundial de ser una de las 3 mejores chocolaterías en el mundo. Regentada por Dominique y Fabienne Persoone, sus ideatarios pueden presumir de haber preparado chocolate para, nada más y nada menos que los Rolling Stones

       
The Chocolate Line, Simon Stevinplein, 19

       
Caja de bombones de The Chocolate Line 

Otro de los lugares más sorprendentes de Brujas, fue el antiguo cine convertido en restaurante 'T Zwart Huis. A la vez bar y sala de conciertos de jazz & blues, es la definición de lugar auténtico. Su maître, un peculiar señor de unos 60 años atiende personalmente todas las más de 50 mesas que el salón, decorado con pinturas, ventanales de cristales de colores y una gran chimenea, alberga, recordando todas las comandas y comensales. 

       
Restaurante 'T Zwart Huis, Kuiperstraat, 23

       
Restaurante 'T Zwart Huis 

       
Restaurante 'T Zwart Huis 

       
Steak tartar con frits

Por último, y con una absoluta recomendación para aquellos que deseen vivir Brujas y no visitarla, el Charlie Rockets Youth Hostel, es el hostal con más rock n' roll de la ciudad. 
Situado en la calle Hoogstraat 19-21,es posible comer y cenar, jugar al billar, escuchar buena música -incluso conciertos en directo-, compartir habitaciones, conocer gente como tú de cualquier parte del mundo, tomar unas cervezas y hacer amigos que, aunque el día siguiente estén a miles de kilómetros de distancia, te hagan sentir como si estuvieras en el bar que frecuentas cada finde. 

       
Charlie Rockets Youth Hostel

                                   
Charlie Rockets Youth Hostel 

Deseando repetir y dándole las gracias a mi amiga Diana, mi fiel compañera de viajes y aventuras (capaz de aguantar innumerables fotos, paradas en tiendas de alimentación, etc etc etc...) me despido hasta la próxima.

Besos y abrazos, ¡y que vivan los planes inesperados!

Noemí Ojeda 


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